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La mayoría de las personas cuando llega un nuevo año nos proponemos nuevos objetivos para
ese año, y muchos de esos objetivos el cambiar de hábitos es uno de ellos. Cuando hablamos
de cambiar de hábitos nos referimos a hábitos en el ámbito de la salud, el del trabajo, o el
social o en cualquier otro ámbito.
Según la RE la definición de Hábito es:
Modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o se-
mejantes, u originado por tendencias instintivas.
Tras repetir muchas veces una misma conducta de una misma manera, se convierte en
automática, por lo que la hacemos sin tener conciencia de porqué y en ocasiones cómo.
Los hábitos no ocupan espacio en nuestro pensamiento, mientras practicamos un hábito
podemos pensar en otras cosas.
Prácticamente todo está sujeto a los hábitos, desde la higiene diaria, ducharse, vestirse,
las tareas laborales, hacer pesas, correr, jugar, descansar……
Según investigaciones recientes actuamos por hábitos, sin que el pensamiento consciente
intervenga un 43% de las veces. Un porcentaje muy alto verdad?
Otra de las cosas que hacen que nuestros hábitos se fijen con más fuerza es las emociones,
dependiendo de las emociones que nos genere realizar una conducta la repetiremos más o
menos.
Ejemplo: Comida con aplacar la ansiedad.
Podemos decir que hay hábitos que nos favorece en nuestra salud o forma de vivir y
hábitos que no nos ayudan o nos hacen daño.
Cómo construimos nuestros hábitos
Al realizar una conducta recibimos un refuerzo, por ejemplo si tras el almuerzo nos
sentamos un rato a descansar, recibimos la recompensa de encontrarnos más
descansados o cómodos, poco a poco vamos realizando esta conducta porque nos
hace sentir bien. Lo más probable es que cuanto más la repitamos más la
necesitemos y más la alarguemos en el tiempo. Cada vez estaremos más tiempo
en el sofá. Y no nos damos cuenta de que cada vez somos más sedentarios.
Además de recibir una recompensa cuando hacemos la conducta, de la motivación
y de la constancia, también intervienen otros factores y otros mecanismos
neurológicos en la creación de los mismos; como por ejemplo las emociones y la
consciencia al realizar las conductas.

Pues esto es lo que pasa con todos nuestros hábitos los buenos y los malos. La
construcción de los hábitos es igual para ambos tipos de hábitos.

Pero llega un día en el que estar tanto tiempo en el sofá hace que nos empecemos a
encontrar mal, pues porque no tenemos tiempo para hacer otras cosas que nos apetezca,
o porque siento que pierdo el tiempo, o me duelen las piernas.

Nuestros hábitos y nuestras metas no están en sintonía.
Queremos cambiar de hábitos cuando alguno de los que tenemos nos está molestando,
aun sin darnos cuenta hay algo dentro de nosotros que nos dice, estarías mejor si…. (Como
pepito grillo).
Y de esta forma todos los principios de año o septiembres, coincidiendo con el inicio de
año o curso escolar, iniciamos el movimiento para cambiar los hábitos que no nos gustan.
El cambiar de hábitos no es fácil y es largo en el tiempo. No podemos plantearnos que un
hábito que venimos practicando durante años en tres semanas lo vamos a cambiar.
También hay que tener presente que podremos sufrir recaídas, y esto está dentro del
proceso, puesto que el cambio de hábitos es un proceso, por el que iremos pasando
diferentes etapas. Para ello debemos de contar con:
Compromiso Deseo Empeño Apoyo del entorno
Y aun así puede que no sea suficiente.
Qué y cómo hacer para cambiar de hábito.

  1. Identificación del hábito a cambiar.
    Antes de nada hemos de analizarnos y ver cuáles son los hábitos que queremos
    modificar y por qué. También habrá que valorar en la situación en la que me
    encuentro para hacer el esfuerzo para el cambio, de esa forma veremos qué cosas
    estamos dispuestos a hacer y cuáles no.
  2. Observar- Contemplar
    Observaremos el motivo por el que realizo esa conducta, qué es lo que me aporta y
    lo que no, el motivo por el que lo inicie. Porqué queremos cambiarlo, como nos
    sentimos cuando estamos realizando esa conducta. Por qué hábito lo vamos a
    cambiar y como nos sentiremos con ese nuevo hábito.
  3. Preparación.
    Para esta fase, nos puede ayudar llevar un diario, ya sea en papel o en el móvil con
    cualquiera de las aplicaciones para móviles, que están tan de modas y nos ayudan
    a ver nuestra evolución.
    En el diario apuntaremos:
    El Objetivo que tenemos
    Qué hago para cambiarlo
    Cómo me siento cuando hago el nuevo hábito
    Qué dificultades estoy teniendo y cómo las resuelvo
    Qué consigo cada día

Elegiremos un hábito a cambiar, a lo sumo 2, puesto que si elegimos muchos
hábitos al final nos agobiaremos y terminaremos dejándolo.
Además también hemos de dividir el hábito que elijamos en metas más pequeñas.
Por ejemplo:
Nos imaginamos que el hábito que queremos cambiar es ir a dormir antes.
Puesto que nos acostamos a la 1 y nos levantamos a las 6 de la mañana. Nos
tiramos todo el día irritables, con sueño, producimos menos y con problemas
físicos por no descansar todas nuestras horas. Nuestro cuerpo está acostumbrado a
dormir ala 1 si nos vamos a dormir a las 10, no podremos hacerlo y pensaremos
que tenemos insomnio. Así que podemos dividirlo en pequeños pasos. La primera
semana nos podemos acostar media hora antes y semanalmente iremos
aumentando el tiempo de sueño hasta llegar a nuestra meta.

  1. Compromiso con nuestro objetivo
    Hay que hacerlo sin excusas, aunque no nos apetezca. Analicemos cuales son las
    excusas que nos ponemos y porqué las ponemos. Importante también es saber
    elegir el momento en el que iniciamos el cambio, si nos sentimos preparados/as.
    Podemos elegir algún recordatorio para practicar el hábito nuevo. En nuestro
    ejemplo sería, poner una alarma para recordarnos a la hora que debeos irnos a
    dormir.
  2. Recompensarnos.
    Elegiremos una recompensa que nos motive, que nos sea grato, siempre hay que
    recompensarse cuando vamos consiguiendo algunas de las metas que nos
    ponemos.
    Ejemplo de recompensas
  3. Planificación.
    Cómo voy a hacerlo, de forma detallada.
    Momento en el que inicio el cambio
    Tareas a realizar para conseguir la meta.
    Momento en el día para realizarlas
    Recompensas que me pondré
    Ejemplo con la conducta de dormir
  4. Valoración y reformulación
    Es importante también, hacer un seguimiento y una valoración de la consecución
    de nuestros objetivos. Valora que metas estamos consiguiendo y cuáles no, los
    motivos por los que no lo hacemos y cambiar aquellas que nos esté costando
    alcanzarlas.
    De esta forma podemos ir adaptando nuestro plan a nosotros y conseguir mejores
    resultados.
    Ejemplo