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Terapia para Adultos

Ir a terapia no significa que estés roto o que no puedas con tu vida.

Sobre la terapia para adultos

Significa que te importas lo suficiente como para cuidarte y que eliges crecer. No se trata solo de “contar tus problemas”, sino de aprender a conocerte mejor, descubrir qué necesitas y encontrar maneras más saludables de vivir.

En la vida adulta es habitual enfrentarse a distintas etapas de cambio o dificultad: estrés laboral, rupturas, pérdidas, conflictos familiares, sensación de vacío o falta de sentido. Muchas veces intentamos seguir adelante sin detenernos, pero el cuerpo y la mente comienzan a manifestar señales de malestar: ansiedad, tristeza, irritabilidad, cansancio o desmotivación. La terapia te ofrece un espacio para escucharte y comprender lo que te está ocurriendo, acompañándote a transitar estos momentos con más claridad y fortaleza.

La terapia comienza creando un espacio de confianza. La primera sesión la utilizaremos para conocernos, explicar cómo se realizarán las sesiones, que me cuentes el problema por el que pides ayuda y en lo que quieres que te ayude e iniciaremos con la valoración del mismo.

En las sesiones posteriores realizaremos la evaluación y una vez que finalicemos la valoración comenzaremos con el tratamiento.

Conjuntamente iremos explorando tus emociones, hábitos, relaciones y pensamientos.
 A veces no entendemos por qué reaccionamos de cierta manera o por qué nos cuesta cambiar algo; en terapia, empiezas a darle sentido a todo eso.
 También aprenderás estrategias prácticas: cómo manejar el estrés, poner límites, comunicarte mejor o cuidar tu autoestima, con técnicas adaptadas a tus necesidades y a tu ritmo, sin presiones ni juicios. Cada pequeño avance cuenta y es motivo de reconocimiento.

Con el tiempo, notas que entiendes mejor tus emociones, tomas decisiones más conscientes y te tratas con más compasión.
 La terapia no te cambia: te ayuda a reconectar con lo mejor de ti.